¿Como hacer trampas en el casino?

Una noticia que me ha impactado mucho es la de estos jóvenes estudiantes que encontraron una manera de ganar en el casino después de dos años planeándolo, veamos como lo hicieron!

Por pequeño que sea el “fallo”, por pequeño que sea el desequilibrio, defecto o desajuste físico que exista en la construcción de las piezas de una ruleta de casino, allí existirá una manera de “hackearla”.

Así fue como los estudiantes del MIT ganaron millones de dólares en la Lotería durante años.

A lo largo de la historia han existido un gran número de “superdotados” que han quebrado las leyes del juego, cada uno a su manera. Ahí están los casos ocurridos a finales de los 70 con el famoso grupo de estudiantes del MIT, o los más recientes en los 90 con el “Clan Pelayo” y posteriormente en el 2005 una vez más con los jóvenes genios del MIT.

Farmer y Packard comenzaron a idear que del trabajo podría salir un método para ganar acudiendo a las salas pero incluiendo trampas. Por tanto partieron de una base: si lograban la “ecuación” que les diera de la manera más aproximada los datos de velocidad y desaceleración de la rueda de la ruleta junto a la propia velocidad de la bola, lograrían acercarse como nunca antes a la probabilidad de gan.ar.

Así que una vez comprada la ruleta hicieron uso de varios instrumentos para realizar un seguimiento del movimiento de la rueda de la ruleta, armando un rompecabezas y una fórmula donde se incluía funciones trigonométricas y cuatro variables interdependientes, entre ellas el período de rotación de la rueda y el período de rotación de la bola alrededor de la misma.

Dado que los cálculos eran tremendamente complicados para llevarlos a cabo en el casino, decidieron construir un ordenador personalizado donde incluir toda la información y datos sobre rueda y bola. A su vez el ordenador les devolvería una predicción sobre los sectores de la rueda en la que podría caer la bola, es decir, se ampliaban las probabilidades de acertar con la predicción del octante donde caería dicha bola.

Se pusieron manos a la obra y construyeron este pequeño ordenador en un sótano que tenía uno de los estudiantes. No era una máquina cualquiera. Evidentemente no podían aparecer en los casinos con un ordenador al uso, así que diseñaron un pequeño ordenador que se podría ocultar en el interior de un zapato. Una máquina que llevaba unas baterías con un tiempo aproximado de dos horas (que podrían cambiar en los baños de los casinos). Los datos de entrada se activarían a través del dedo gordo del pie conectado a su vez a un micro-interruptor en el interior del zapato. A continuación, una señal eléctrica se transmitía a tres solenoides vibradores ocultos tras la camisa y a su vez atados al pecho. Dependiendo del lugar donde sintieran la vibración apostarían.

El resultado final: unas ganancias medias del 44% por cada dólar que apostaron.

Tras casi dos años de trabajo en el “laboratorio” en el que se había convertido el sótano, el sistema informático estaba listo. Poco antes de 1978 el grupo lo puso en práctica en Las Vegas. Obviamente incurrían en una ilegalidad, pero por aquel entonces habían decidido que el dinero que ganaran lo iban a destinar para financiar a la comunidad científica.

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